Serie de los quejigales castellano-cantábricos: | |
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Descripción: la etapa climácica consiste en un quejigal con coscoja, al que orlan espinares y zarzales de los que quedan restos entre campos de cultivo. Se diferencia de las faciaciones supramediterráneas, además de por el tipo de bosque, por la presencia de coscojares castellano-cantábricos. Los matorrales bajos más frecuentes son los tomillares y aliagares riojanos (var. meso-supramediterránea) aunque también se encuentran tomillares submediterráneos y más raramente matorrales de otabera. Los matorrales forman mosaico con pastos submediterráneos de Brachypodium retusum; sobre suelos con mayor capacidad de retención hídrica pueden encontrarse fenalares y pastizales mesoxerófilos. Ecología: piso meso- y supramediterráneo, altitud 350-900 m; ombrotipo subhúmedo; suelos sobre calizas, areniscas, conglomerados, arcillas, limos, margas, yesos, terrazas y glacis. Biogeografía: reg. Mediterránea, sec. Castellano-Cantábrico. Distribución: entre Aras y Bargota, S de Espronceda y Desojo, de Monjardín a Arróniz, alrededores de Estella, La Solana, S de Yerri, Monte Eskinza y Baigorri; caídas de la Sierra de Esparaz sobre el Arga, S de la Sierra del Perdón, El Carrascal; llega a la solana de Etxauri y por el S al cordal del Monte Busquil (N de Tafalla) y sus caídas hacia la Valdorba. Usos: los cultivos herbáceos de secano ocupan la mayor parte del territorio; los leñosos son escasos y son de viña y algo de olivo. La vegetación natural está bien representada, sobre todo por matorrales (coscojares y tomillares), pastizales y algunos quejigales. Las repoblaciones forestales son de pino carrasco (Pinus halepensis) o laricio (P. nigra). |