Serie de los carrascales castellano-cantábricos: | |
Descripción: esta faciación representa un tipo de vegetación relicto que aparece refugiada en zonas a salvo de heladas intensas y con cierta humedad. La presencia del durillo en los carrascales que constituyen la etapa madura (var. termófila con Viburnum tinus) se produce en biotopos que favorecen esas condiciones como foces y barrancos encajados. Los terrenos por donde se extiende se encuentran cubiertos en su mayor parte por la etapa madura; en las orlas espinosas de estos carrascales son frecuentes el madroño y el labiérnago (Phillyrea latifolia); otras etapas de sustitución son los brezales con Erica scoparia, tomillares submediterráneos, matorrales de otabera y pastizales submediterráneos con Brachypodium retusum. Ecología: piso supramediterráneo; altitud 355-845 m; ombrotipo subhúmedo; suelos sobre calcarenitas, calizas y derrubios de ladera. Biogeografía: reg. Mediterránea, sec. Castellano-Cantábrico; reg. Eurosiberiana, subsec. Navarro-Alavés. Distribución: sobre todo en Tierra Estella, en el valle del Ega entre Zufía y Acedo y los barrancos meridionales de las Sierras de Lokiz y Codés; puntual en Marañón, umbría de Montejurra y foces prepirenaicas de Arbayún, Chinchurrinea y Usoz. Usos: los carrascales se extienden por casi todo el territorio de la faciación, junto a espinares con madroño y labiérnago y brezales con Erica scoparia. También hay algunas repoblaciones de pino laricio (Pinus nigra) y de carrasco (P. halepensis) y los cultivos ocupan muy reducida superficie. |