Exposición permanente - Museo de Navarra


La sala de Prehistoria se renueva


La mano de Irulegi y el hombre de Loizu se incorporan a la exposición

A partir del 17 de diciembre, dos de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos años en Navarra se podrán contemplar en la sala de Prehistoria del museo. Se trata de la Mano de Irulegi y del esqueleto humano conocido como “Hombre de Loizu”, ambas piezas importantísimas a escala europea en sus respectivos contextos culturales. También se presenta el Mapa de Abauntz en una nueva vitrina.
Los comisarios científicos han explicado la complejidad de sintetizar la gran cantidad de información que estas piezas entrañan para transmitir al público general y permitir su comprensión. En este sentido, es necesario mencionar que más de 60 especialistas han participado a lo largo de los últimos años en los diversos trabajos de investigación que han permitido la conservación y la difusión en el Museo de Navarra de estas dos piezas singulares.

Una renovada sala de Prehistoria

La nueva instalación de la sala de Prehistoria, ubicada en la planta -1 del Museo de Navarra, estará abierta al público con entrada gratuita a partir del 17 de diciembre, en el horario habitual de apertura del Museo. Se podrán realizar fotografías sin flash y será necesario respetar las medidas de control de aforo que se establezcan.


A comienzos de 2025, se programará un ciclo de conferencias en torno a las piezas ahora exhibidas cuyo contenido será oportunamente anunciado.
 

La mano de Irulegi

Se trata de una lámina de bronce recortada, martillada y batida en forma de dorso de mano derecha, con representación de las uñas, más o menos de tamaño natural. Presenta orificio en la parte de la muñeca realizado por un clavo de fijación y en ella se inscribió un texto. Después de trazarse toscamente tres líneas de pautado que no se respetaron, la inscripción se realizó en dos fases, la primera mediante incisión y la segunda mediante punteado, procedimiento sin paralelos en la epigrafía paleohispánica. Existen pequeñas diferencias entre ambas versiones.
El sistema gráfico utilizado es una variedad autóctona del signario ibérico que se denomina signario vascónico, caracterizada por la presencia de un signo T común a algunas cecas del territorio.
El texto, sin paralelos conocidos, es de difícil interpretación. La posible relación de eŕaukon con el verbo vasco eradun ‘dar’ y la interpretación de sorioneke como forma de dedicación a una divinidad, quizá ‘buena fortuna’ por comparación con el vasco zorion, invitan a considerarlo un texto de protección o una ofrenda. 
La Mano fue encontrada en 2021, durante las excavaciones arqueológicas dirigidas por Mattin Aiestaran de la Sotilla, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en el poblado vascón de Irulegi (Laquidáin-Lakidain, Aranguren), un enclave que estuvo habitado desde el s. XV hasta el s. I a.C. La pieza de bronce debió de estar clavada probablemente en el marco de la puerta de una de las viviendas. Su cronología corresponde al primer cuarto del siglo I a.C., en el contexto cultural de la Segunda Edad del Hierro.

El Hombre de Loizu

El “Hombre de Loizu”, datado hacia el 9400 a.C., es uno de los esqueletos más importantes de Europa para el estudio de los inicios del periodo Mesolítico. Tras su extracción en 2021 en la cueva de Errotalde I (Erro), es uno de los especímenes humanos más completos del mundo para el estudio de las últimas poblaciones de cazadores-recolectores. 
Corresponde a un varón robusto, de unos 160 cm de estatura y 50 kg de peso, fallecido a los 21-25 años de edad por muerte violenta, como demuestra el impacto de un objeto contundente identificado en su cráneo. Su cuerpo fue introducido y depositado en el suelo de una estrecha y remota galería del interior de la cueva, a unos 200 m de la entrada, con la cabeza apoyada en una acumulación de hojas. La parte superior del cuerpo fue rociada con un colorante rojo preparado en la misma cueva con hematites traído del exterior.
Desde el momento de su hallazgo, su estudio ha supuesto un reto sin precedentes en la historia de la investigación de la Prehistoria de Navarra, por lo complicado del acceso y la complejidad y variedad de estudios que se le han realizado, en un operativo en el que han participado más de 40 especialistas internacionales.

El Mapa de Abauntz, en una nueva vitrina

Este canto de piedra calcarenita, datado en el 9815 a.C., representaría un mapa ejecutado de forma sintética y esquemática, recurriendo a la estandarización, con objeto de aportar la máxima información. En la interpretación de sus grabados se han reconocido los accidentes geográficos presentes en el entorno de la cavidad (arroyo Zaldazáin, río Ultzama, monte San Gregorio, humedal de Muño, etc.). Fue un medio de comunicación visual que mediante un código comunitario y de forma casi conceptual, al margen de las escalas reales, definiría el espacio natural de la cueva de Abauntz (Arraitz-Orkin, Ultzama). 
Si bien esta pieza ya formaba parte de la exposición permanente de la sala de Prehistoria del Museo, una nueva vitrina permite contemplarla de una manera individualizada y apreciar el detalle de sus grabados. Otros bloques grabados y cantos pintados procedentes de la cueva de Abauntz se han recolocado en la vitrina correspondiente al período Paleolítico de la misma sala.



Gigantes de piedra

Nueva sala dedicada a tres estelas protohistóricas

 

La Galería Azul acoge el menhir de Soalar y las estelas de Turbil y Traibuenas, tres importantes estatuas-estelas datadas entre el Neolítico Final (III milenio a. C.) y la Edad del Hierro (siglo III a. C.). El conjunto representa una cultura que hacía visible el poder sobre un territorio, a la vez que testimonia la existencia de unas sociedades de jefatura.
Este tipo de estelas conmemorativas o religiosas, sobre las que queda mucho que estudiar, descubren en el solar navarro un panorama cultural abierto y permeable, que mantenía vínculos ideológicos y simbólicos con otras regiones de la Europa continental y del ámbito mediterráneo.
Estos bloques de piedra tallados con rasgos antropomorfos fueron alzados para ser bien visibles, respectivamente, en los valles de los ríos Baztán, Cidacos y Aragón, al final de la Prehistoria, entre el Neolítico y la Edad del Hierro.

Video del montaje expositivo

Los tres portan armas defensivas y ofensivas, que no son sólo expresión de un rango militar sino signos de afirmación personal y social. Corresponden a personajes relevantes, reales o legendarios, considerados héroes por los grupos que los levantaron. En algunas de estas piezas son bien identificables huellas de la “damnattio memoriae” a la que fueron sometidas en época histórica, para borrar su recuerdo.

El Togado de Pompelo

Sala 1.5


El Togado de Pompelo es una excepcional pieza escultórica en bronce del siglo II descubierta en Pamplona hace 127 años. En 2022 llegó prestada al Museo de Navarra procedente de una colección particular de Nueva York (Estados Unidos) para su estudio y exhibición. Dada la importancia cultural e histórica de esta obra de arte, el Gobierno de Navarra ha adquirido esta extraordinaria estatua que desde mayo de 2023 ha pasado a formar parte de la colección permanente del museo. 

El Togado de Pompelo fue hallado en el año 1895 en la calle Navarrería y puede vincularse con el programa escultórico del foro de la ciudad. La escultura está realizada en bronce, aspecto significativo ya que solo se conoce otro togado completo en Hispania, el de Periate del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. Por esto, el Togado de Pompelo es una de las esculturas en bronce más importantes localizadas en la península ibérica.

Siglo II

Mapa de Abauntz

Sala de Prehistoria


El “bloque 1” o Mapa de Abauntz, es una pieza excepcional, considerada el mapa más antiguo de Europa occidental. Muestra los tempranos logros alcanzados por la humanidad en la comprensión de la representación espacial. En él se reconocen los accidentes geográficos del entorno de la cueva en la que se encontró: el monte, el río, los humedales, pasos y accesos, y grupos de animales que fueron grabados probablemente con un fin práctico: la caza.

9815 a.C. / Procedencia: Abauntz, valle de la Ultzama

Estela funeraria de Lerga

Sala 1.2


Piedra arenisca labrada que probablemente señaló la tumba de un joven representado como un héroe ecuestre. Aún es posible apreciar en la parte superior las patas y la grupa de un caballo montado por un jinete. Debajo, dos compañeros soldados, o sacerdotes, enmarcados entre columnas, portan la urna con las cenizas del difunto. Las inscripciones testimonian la convivencia del latín y el sustrato lingüístico prerromano, al aparecer nombres en idioma aquitano o euskera arcaico.

Época romana / Procedencia: ermita de Santa Bárbara de Lerga

Capitel de Job

Sala 1.7


Narra la historia de Job. Tallado casi como un altorrelieve en piedra caliza, presenta escenas de la vida del personaje, ajustándose al texto bíblico con sentido narrativo y naturalismo. Obra de gran calidad, muestra cómo el artista medieval conocía la escultura clásica, habiéndose identificado la fuente de inspiración para algunas escenas, como el dolor de Job al conocer la muerte de sus hijas e hijos, en un sarcófago romano que acoge la representación del mito de Medea. Forma ciclo con el cercano capitel de la Providencia divina. Ambos constituyen un caso único en el Románico español.

1130- 1140 / Procedencia: catedral románica de Pamplona

Arqueta de Leire

Sala 1.8


Arca de marfil de elefante realizada en los talleres de Medinat-al-Zahara (Córdoba) durante el Califato Omeya, que presenta en todas sus caras una rica decoración vegetal, animal y lo que es más inusual, figura humana, recreando escenas de la corte islámica. Sus inscripciones permiten conocer datos tan importantes como la fecha de su realización, su autoría: Maestro Faray y sus discípulos, o su destinatario: el hijo de Almanzor.

1004 – 1005 / Procedencia: monasterio de Leire

La Pasión de Cristo

Sala 1.9


Juan Oliver, pintor de origen francés afincado en Pamplona, firma una de las grandes manifestaciones de la pintura medieval europea de su momento. Presenta el tema de la Pasión de Cristo a modo de gran retablo con la escena principal del Calvario en el centro. Las posturas y actitudes de los personajes muestran el patetismo y expresivismo propios del estilo gótico, narrado con gran belleza. Una inscripción, escudos y jóvenes tocando instrumentos contextualizan la obra.

1335 / Procedencia: catedral de Pamplona. Refectorio

Retrato del Marqués de San Adrián

Sala 3.5


El retrato de José Mª Magallón y Armendáriz presenta a un caballero altanero y simpático, amante de la caza y la lectura. Con pose elegante, destaca sobre un fondo que acentúa la expresión de su rostro, con lo que Goya consigue un retrato psicológico, captando su personalidad en el gesto y la mirada. La excepcional calidad de la obra se observa también en la representación de los materiales, particularmente en el carácter aterciopelado del pantalón.

1804 / Procedencia: compra a la familia


Todo el arte es contemporáneo


Todo el arte es contemporáneo. Presentado en 2019 como una renovación discursiva de la exposición permanente, además, impregna cada acción que lleva a cabo el Museo de Navarra bajo la premisa de que las expresiones artísticas, independientemente de cuándo se realicen, son una forma de comunicación en distintos lenguajes, códigos y soportes en momentos diferentes.

El nuevo discurso museológico ha supuesto una revisión de sus fondos y de su exposición, con objeto de mostrar el potencial de los artistas navarros del siglo XX y XXI. En total, se han instalado 71 nuevas obras, muchas de artistas hasta ahora no presentes en la parte pública del Museo, como Lydia Anoz, Nicolás Ardanaz, Elena Asins, Isabel Baquedano, Equipo Crónica, Pedro María Irurzun, Koldo Chamorro, Gerardo Zaragüeta, etc., entre las que las mujeres han cobrado el protagonismo hurtado durante años.

Algunas de las obras contemporáneas seleccionadas se han dispersado en otras plantas del Museo, conviviendo con obras románicas, góticas, renacentistas o barrocas. Además, se han introducido en la exposición permanente formas de expresión artística, inexistentes hasta la renovación, como el grabado, la fotografía, el cartel, el cine documental, la música y el patrimonio etnológico.

Los breves textos de sala que se han ido incorporando, así como la propuesta de itinerarios temáticos, pretende ofrecer a cada persona que visita el Museo una experiencia propia, que cada quien hace suya en la medida de su bagaje, gustos e intereses.

Complicidades es el programa que permite visitar una selección de obras en torno a un hilo argumental realizada por tres personalidades del mundo literario de Navarra. Así, Patxi Irurzun es el artífice del itinerario ‘El hilo de la vida. Biziaren haria’. Camino Oslé de ‘El cuerpo, y después la muerte. Gorputza, eta gero heriotza’. Y Maite Pérez Larumbe firma ‘Estamos todas bien. Emakume guztiak ongi gaude’.

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