La terapia busca la reeducación y la rehabilitación de las personas que ejercen la violencia de género, la violencia doméstica y/o cometen agresiones sexuales, a través de cambios en su conducta, actitudes y pensamientos.
El programa tiene una duración de dos años aproximadamente, a lo largo de los cuales se trabajan aspectos relacionados con el pensamiento, las emociones y la conducta, en sesiones individuales y grupales. El objetivo es que las personas agresoras desarrollen estrategias de autocontrol, mejoren sus habilidades de comunicación y asuman la responsabilidad de sus actos.
El acceso al programa es, en la mayoría de los casos, por sentencia judicial, pero también se puede acceder voluntariamente, previa derivación de profesionales.
Para el éxito de la terapia es importante reconocer que existe un problema y tener voluntad de cambio.