Desde hace unos años, el parking del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente acoge a una pareja de cernícalos comunes, que ha encontrado aquí un buen lugar para sacar adelante a sus crías, que este año son cuatro. Su presencia empieza a notarse en la época de celo, con un chillido insistente (kiiii-kiikiikii) que nos avisa de su llegada.

Suelen poner de 3 a 6 huevos en mayo (los más tempraneros en abril) que eclosionan aproximadamente un mes más tarde. Los pollos tardan otros 30 días en echar a volar, creciendo con rapidez gracias a las presas que traen sus padres. Se alimentan, sobre todo, de topillos, ratones, pequeños pájaros, etc.,

Son consideradas unas aves muy beneficiosas. Se adaptan bien a la cercanía de las personas, por lo que es fácil ver a este pequeño halcón en las ciudades, anidando en macetas y jardineras. El cernícalo se queda suspendido en el cielo batiendo las alas con rapidez, localizando a su presa, calculando la distancia y lanzándose a por ella.