
Un artículo científico indica que el gorrión chillón podría ser una especie indicadora de cambio climático
Los resultados obtenidos en este estudio en Navarra confirman la progresiva expansión de la especie hacia el norte descrita en seguimientos realizados a nivel estatal y predicha por diferentes modelos predictivos vinculados al calentamiento global
17-03-2025
Un artículo publicado en Research square confirma que la presencia de gorrión chillón (Passer hispaniolensis) en las provincias de Navarra y Huesca (norte de España) era prácticamente anecdótica, con sólo 5 registros en los últimos 20 años, y que en 2023 se produjo una brusca expansión hacia el norte, con más de 120 registros contabilizados en la zona, nidificación comprobada en 17 puntos y detección de un dormidero comunal alejado de todos ellos y probablemente ligado a otra colonia de localización desconocida.
Resultados obtenidos
Se recopiló la información disponible sobre gorrión chillón (Passer hispaniolensis) en las provincias de Navarra y Huesca (norte de España) hasta 2022 y añadieron los resultados de censos específicos realizados en la primavera de 2023. Se confirmó que la presencia de esta especie en la zona era prácticamente anecdótica, con sólo 5 registros en los últimos 20 años, y que en 2023 se produjo una brusca expansión hacia el norte, con más de 120 registros contabilizados en la zona, nidificación comprobada en 17 puntos y detección de un dormidero comunal alejado de todos ellos y probablemente ligado a otra colonia de localización desconocida. Se discute el papel de esta especie como indicador del cambio climático.
Los resultados obtenidos en este estudio confirman la progresiva expansión de la especie hacia el norte descrita en los seguimientos realizados a nivel estatal (Roviralta 2022) y predicha por los diferentes modelos predictivos vinculados al calentamiento global (Araujo 2011). El carácter nómada de esta especie en el periodo postnupcial (Asensio y Cantos 1989) junto con su capacidad de adaptación a diversos hábitats (Roviralta 2016 y referencias contenidas en el mismo) y su alta tasa reproductiva (Alonso 1984; Marques et al. 2006), la determinan como una buena colonizadora capaz de experimentar grandes saltos en su área de distribución.
Esta situación ya ha sido descrita previamente en otras regiones de España como Levante (Ferrero-García et al.2018), donde se podría haber producido una llegada masiva de cientos de ejemplares a una región en la que no había constancia de su existencia, convirtiéndose en especie plaga. En nuestro caso, se da la circunstancia de que el año 2023 ha sido inusualmente seco en la mitad sur peninsular (MITECO 2024), lo que puede haber empujado a las poblaciones a desplazarse cientos de kilómetros hacia el norte, llegando más allá del río Ebro, límite tradicional de distribución de la especie (Martí y Del Moral 2003; Roviralta 2022).
En cuanto a las características de las colonias detectadas en este estudio, los 3,24 nidos por colonia son valores similares a los descritos para la especie en la submeseta norte de España (Román et al. 1997), pero notablemente inferiores a los existentes en el área de distribución tradicional de la especie en el sureste de la Península Ibérica (Alonso 1982, 1984; Marques et al. 2002; Prieta 2002) donde la media supera los 200 nidos por colonia y se pueden alcanzar valores máximos superiores a los 30.000 nidos (Prieta 2002). Sus resultados coinciden con los de estudios anteriores en la elección de los árboles para nidificar (Alonso 1984; Román et al.1997; Marques et al. 2002; Prieta 2002) y en las especies de rapaces o cigüeñas con las que se asocian (Román et al. 1997; Roviralta 2022). En cuanto al porcentaje de colonias aisladas o asociadas a grandes aves, no se han encontrado valores en trabajos previos, aunque parece que este comportamiento es más común en las zonas más septentrionales del área de distribución (Román et al. 1997) que en el sur (Alonso 1984). Se ha podido comprobar la reproducción asociada a cigüeña blanca y cuatro especies de rapaces, aunque sin selección aparente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el esfuerzo de muestreo no ha sido homogéneo entre las diferentes especies, por lo que no se pueden extraer conclusiones sólidas. Un seguimiento más intensivo que incluya la captura para anillamiento y el análisis genético de los ejemplares permitiría confirmar o desmentir esta hipótesis. Por último, los resultados han mostrado cómo las plataformas observation.org y eBird han sido capaces de detectar la rápida expansión de la especie hacia el norte, pasando de solo 5 registros hasta 2022 a más de 120 en 2023.
La fácil detección y identificación de las colonias (Alonso 1982) y la cantidad de dormideros que forma durante el invierno (Alonso 1982; Asensio y Cantos 1989; Ferrero-García et al. 2018) hacen de esta especie una buena candidata para ser monitorizada. Si se combina esta peculiaridad con el hecho de que se trata de una especie típica de hábitats cálidos del norte de África con un límite de distribución en el norte, la especie se convierte en un buen indicador del cambio climático en el sur de Europa (Araujo et al. 2011; Devictor et al. 2012).
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