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Un total de 83 municipios de Navarra han homologado sus planes municipales contra incendios

También se ha homologado el Plan de Actuación Municipal ante el Riesgo de Inundaciones (PAMRI) de Buñuel, realizado en el marco del proyecto LIFE-IP NAdapta-CC y aprobado el Plan anual 2025 para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales en Navarra

30-05-2025


Un total de 83 municipios de la Comunidad Foral cuentan con sus Planes de Actuación Municipal ante el riesgo de Incendios Forestales (PAMIF), tras la última reunión de la Comisión de Protección Civil de Navarra.

En dicha reunión se han homologado 27 planes, correspondientes a las localidades de Arguedas, Allín, Barañáin, Berriozar, Betelu, Castejón, Cirauqui, Dicastillo, Enériz, Estella-Lizarra, Ezcabarte, Irurtzun, Ituren, Iturmendi, Javier, Lesaka, Lumbier, Luzaide-Valcarlos, Mendavia, Milagro, Monteagudo, Odieta, Pamplona, Ribaforada, Tafalla, Ujué y Zizur Mayor. 

Estos se suman a los 56 aprobados el pasado año en encuentros anteriores de la Comisión de Protección Civil. Asimismo, catorce localidades navarras disponen de planes terminados, a la espera de ser aprobados por los plenos de sus ayuntamientos correspondientes.

Desde la Consejería de Interior, Función Pública y Justicia se ha indicado que afrontar el inicio de la campaña forestal de verano con 83 municipios con sus PAMIF homologados refleja el importante esfuerzo realizado por las entidades locales para la disminución de la vulnerabilidad de su población y protección de sus bienes, mediante la planificación y prevención. 

La aprobación del PAMRI realizado en LIFE-IP NAdapta-CC

Durante la Comisión, celebrada en la sede de SOS NAVARRA 112, también se ha homologado el Plan de Actuación Municipal ante el Riesgo de Inundaciones (PAMRI) de Buñuel, realizado en el marco del proyecto europeo integrado LIFE-IP NAdapta-CC, dentro de la Acción C.2 Agua, junto a otros dieciséis planes más que ha supuesto un gran impulso en esta materia en la Comunidad Foral.

Otros temas tratados

Por su parte, y tras la experiencia del apagón del pasado 28 de abril, se ha recordado la obligatoriedad de disponer de un plan de contingencia a las entidades que prestan servicios esenciales. Aunque dichas entidades cuenten ya con ellos, es necesaria su remisión al Ejecutivo foral, quien aprobará dichos planes tras contar con informe favorable de la Comisión.

Los servicios esenciales están conformados por servicios de seguridad (emergencias y orden público); sanitarios (hospitales, centros de salud, transporte sanitario de urgencia, así como compañías de distribución de medicamentos y oxígeno), y compañías de telecomunicaciones, de suministro eléctrico y de combustibles. También tienen esta consideración los servicios de abastecimiento y potabilización de agua, depuración de aguas residuales, bombeos y recogida de residuos sólidos, así como los medios de comunicación para informar a la población. 

Fase de implantación de los PAMIF

La homologación es el paso previo a la fase de implantación de los planes, la cual contempla cuatro tipos de medidas encaminadas a reducir las afecciones a la población, a las infraestructuras y a los bienes en situaciones de emergencia producidas por incendios forestales o incendios de interfaz.

La primera de estas medidas es la implantación de una estructura local contra incendios, con recursos propios del municipio, y en caso de constituirse, de los grupos de Pronto Auxilio, formados por personal municipal y por voluntarios, con formación específica en materia de incendios forestales; y las Asociaciones de Defensa Forestal, encargadas de coordinar la realización de cortafuegos, limpiezas preventivas, y otras actividades relativas al mundo agrícola.

El segundo grupo de medidas está destinado a reducir la cantidad de combustible en zonas de interfaz, priorizando la interfaz urbano-forestal (zonas en las que las edificaciones entran en contacto con el monte); y aconsejando medidas para la reducción del riesgo en las de interfaz urbano-agrícola (zonas en las que las edificaciones entran en contacto con el cultivo agrícola). 

El tercer grupo de medidas contempla la adquisición de materiales y la mejora de las infraestructuras de extinción de las localidades. Entre ellas, cabe señalar la mejora de las dotaciones, tales como hidrantes, señalización de caminos, etc.

Por último, un cuarto grupo de medidas se centra en realizar acciones de información y formación a la población sobre el riesgo de incendio forestal, así como sobre las medidas de autoprotección que la ciudadanía debe tomar en caso de emergencia por incendio forestal.

Aprobado el Plan anual 2025 para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales en Navarra

El Gobierno de Navarra ha aprobado también esta semana el Plan anual 2025 para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales en la Comunidad Foral, diseñado para compatibilizar las medidas para evitar incendios con el mantenimiento de las actividades socioeconómicas que generan riesgo cuando la situación meteorológica lo permita, entre las que destacan las labores agrícolas y forestales con maquinaria. 

El documento es el resultado del trabajo coordinado por los departamentos de Interior, Función Pública y Justicia y Desarrollo Rural y Medio Ambiente.  

El Plan de 2025 mantiene la política que viene aplicándose desde 2022, cuando el Gobierno de España dictó el Real Decreto-ley 15/2022, que prohíbe el empleo de maquinaria en terrenos no urbanos que pudieran derivar en incendios cuando existe un índice muy alto o extremo. El índice se establece en función de distintas variables: temperaturas, viento o sequedad ambiental. Esta norma modifica la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, con el objetivo de instaurar medidas de inmediata aplicación para hacer frente, con celeridad, a la situación actual de emergencia climática.

Las comunidades autónomas han tenido margen para adaptar las restricciones a sus peculiaridades locales. En el caso de Navarra, dado el impacto socioeconómico que suponen las limitaciones, el Ejecutivo foral mantiene un régimen de autorizaciones basado en las meteoalertas. Así, las actividades con maquinaria cuyo funcionamiento pueda generar deflagración, chispas o descargas eléctricas se permiten bajo determinados supuestos.  Las quemas de rastrojos se organizan por zonas, a partir del 15 de septiembre y hasta el 4 de octubre, de forma que quede garantizada la vigilancia por parte del personal del Servicio de Bomberos de Navarra-Nafarroako Suhiltzaileak de Navarra.

Cabe recordar que la página web de prevención de incendios forestales en Navarra se actualiza diariamente según las predicciones meteorológicas y ofrece un documento resumen tipo FAQ (preguntas y respuestas más frecuentes), con las principales modificaciones de la normativa, las medidas preventivas según las actividades o las condiciones para el empleo de maquinaria en las actividades profesionales.

Análisis de la Estadística de Incendios Forestales
En Navarra, la cantidad de superficie quemada forestal y el número de incendios forestales anuales nunca ha sido constante, aunque como promedio se podría citar la cifra de unos 400 incendios y unas 1.000 hectáreas forestales quemadas al año, según el análisis estadístico recodio en el Plan aprobado hoy. El 30% de esa superficie forestal es arbolada. 

Con carácter general, se puede afirmar que esa cifra sufre una tendencia general a aumentar. Cada vez son más frecuentes los incendios de gran tamaño y elevada gravedad, con gran riesgo de afectación a la interfaz urbano-forestal.

Es de destacar que en invierno se quema tanta superficie forestal como en verano. Sin embargo, su distribución en el territorio es totalmente opuesta: mientras los incendios de invierno se localizan en la vertiente atlántica, los de verano se producen en la montaña más continental o en la zona media 

Según el análisis de causalidad de incendios forestales en Navarra, en el periodo 2014-2024 (este último año son datos provisionales), el porcentaje en número de incendios tomando en consideración las causas, agrupadas por temáticas afines muestra un elevado porcentaje de incendios de causa desconocida y otro que se identifica como intencionado, entendiendo como tal el que interviene un factor humano buscando un fin cuya motivación es difícil de determinar. Si bien el porcentaje de incendios de causa desconocida es elevado (media del 43,25% para el periodo), analizando el parte de incendios correspondiente y el entorno donde se producen los incendios, se observa una motivación de mantenimiento del territorio libre de vegetación, bien sean con fines agrícolas, ganaderos, cinegéticos o paisajísticos. Relacionado con lo anterior, destaca igualmente el elevado porcentaje en número de incendios asociadas a quemas, utilizando el fuego como herramienta de gestión del territorio (14,08 %).

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