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32.125 personas en Navarra salen de los ERTE desde el mes de abril
02 de julio de 2020
32.125 personas en Navarra abandonan los ERTE desde el mes de abril
Desde abril, 32.125 personas se han reincorporado ya a su puesto de trabajo al revertirse total o parcialmente el Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) al que se habían acogido sus empresas en Navarra.
Por su parte, el paro registrado en Navarra descendió en 673 personas a fecha 30 de junio, lo que supone un descenso del 1,64% respecto a mayo, si bien se han destruido 2.192 empleos en el mismo período, según los datos de afiliación a la Seguridad Social. El número de personas desempleadas se establece en 40.464.
50.999 personas estaban acogidas en mayo a algún sistema de cobertura, bien por desempleo, por subsidio o bien por haberse acogido su empresa a un ERTE. La cobertura económica para estas personas supone 75,1 millones frente a los cerca de 20 millones que eran necesarios en mayo.
En cuanto al número de ERTE, durante el mes de junio se presentaron 80 nuevos expedientes en el Servicio de Trabajo frente a los 207 presentados en mayo. En el mes de abril, 49.757 personas estaban sujetas a la suspensión del empleo; 38.832 personas en mayo (un descenso del 21,96%) y las 17.632 mencionadas en junio, lo que supone un decremento del 54,59% respecto a mayo y un 64,56% respecto abril.
Cerradas las cifras del mes de junio, en Navarra había un total de 280.385 personas afiliadas a la Seguridad Social frente a 282.577 del mes de mayo y las 289.210 de junio de 2019, lo que supone un descenso interanual del 3,05%.
Por lo que se refiere a la contratación, en junio se registraron un total de 19.882 contratos de trabajo, un 39,4% más que en mayo, aunque un 42,5% menos que en junio de 2019 (14.715 contratos menos).
Valoración del Departamento de Derechos Sociales
El Departamento de Derechos Sociales ha valorado el dato del paro registrado en junio como “positivo, pero con matices por el contexto adverso e incierto en el que se produce”. En el Estado el desempleo se incrementa levemente, un 0,13%.
Históricamente junio ha sido un buen mes para el descenso del desempleo. De hecho, desde 2008, el paro siempre se ha reducido en este mes. Dadas las circunstancias, resulta lógico que el descenso del desempleo haya sido el menor desde 2009.
Por otro lado, desde el Departamento de Derechos Sociales se precisa que “a pesar de que todo descenso del paro es positivo, no hay que olvidar su importante y rápido aumento en los últimos meses. Así, teniendo en cuenta las cifras de paro de febrero y a pesar de este descenso, se ha dado un aumento del 19%, de casi 6.500 personas paradas más”.
De hecho, con respecto a junio de 2019, se produce un aumento del paro registrado del 33,2%. En un año el número de personas desempleadas ha crecido en 10.088.
En este contexto, cabe recordar que la mayor cota de desempleo en la Comunidad Foral se alcanzó en febrero de 2013, con 56.524 personas desempleadas, un 28,4% más que los 40.464 que hay en la actualidad. Sin embargo, tal y como se ha explicado, una de las grandes diferencias con la crisis de 2008 es el menor espacio de tiempo en el que se está incrementando el paro.
En relación con la evolución del desempleo hay que valorar un elemento de especial relevancia que está sirviendo para amortiguar el impacto de la crisis del COVID-19. Se trata de las diversas medidas que permiten a las empresas de suspender o ajustar su actividad a través de los expedientes de regulación temporal de empleo. Es un elemento de clara divergencia con lo sucedido en la crisis de 2008.
Por otro lado, como dato negativo, hay que destacar el descenso mensual de la afiliación a la Seguridad Social. Se trata de 2.192 afiliaciones menos respecto a mayo, un -0,78% mensual. En términos interanuales se reduce en 8.825, un 3,05% menos que en junio de 2019. En cuanto a la comparativa por CCAA, la Comunidad Foral es la segunda en la que más desciende la afiliación en un mes por detrás de La Rioja. Sin embargo, en términos anuales es la tercera en la que menos empleo se destruye.
Por su parte, en el Estado, se produce un ligero incremento mensual de la afiliación, un 0,37%, mientras que en un año la destrucción del empleo ha sido del -4,58%.
Con el fin de conocer de manera precisa y continua los efectos que está teniendo la crisis de la COVID-19 en el empleo de la Comunidad Foral, el Observatorio de la Realidad Social, de Planificación y de Evaluación de las Políticas Sociales, dependiente del Departamento de Derechos Sociales, continúa realizando informes con periodicidad mensual.
ERTE por tipo de causa
Según los datos aportado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, el último día del mes de junio, 17.632 trabajadores y trabajadoras de Navarra se mantenían en situación de ERTE, 14.625 por causa de fuerza mayor (el 83% del total) y 3.007 por causas diferentes a la primera. Este dato contrasta con los 49.757 que se encontraban en esta situación en el mes de abril (45.897 por fuerza mayor y 3.860 por otras causas) o los 38.832 que se encontraban en el mes de mayo (34.077 por fuerza mayor y 4.755 por otras causas).
Por lo tanto, casi siete de cada diez trabajadores que estaban en situación de ERTE por fuerza mayor – la causa más probable atribuible a la situación de COVID-19 – a finales del mes de abril se han reincorporado a la actividad a finales del mes de junio.
El paro por género y sectores
La variación mensual del desempleo por sexo corrobora el desequilibrio de los últimos meses. En mayo ya se había dado un mayor aumento del número de desempleadas. En este caso, aunque también se reduce el desempleo, el descenso es menor. Así, en un mes, el número de desempleadas desciende un 1,2% frente al descenso del 2,3% en el caso de los hombres desempleados.
En estos momentos, según la distribución del paro por sexo, el 57,2% de las personas paradas son mujeres frente al 42,8% de hombres.
En cuanto a la edad, en un mes se ha dado un descenso del paro de las personas de menos de 25 años del 2,4% y del 3,1% en el caso de las personas de 25 a 34 años. Se trata de datos especialmente positivos ya que la crisis está siendo especialmente virulenta, en términos de paro, en el colectivo de menor edad. Así, a pesar de estos descensos, si se tiene en cuenta la evolución del paro desde marzo, el incremento del número de jóvenes parados ha sido del 19,6% cuando el aumento total se sitúa en el 8,3%.
Este hecho vuelve a poner de relieve que las personas jóvenes son más vulnerables a la caída de la demanda laboral, un fenómeno vinculado en gran medida a sus altas tasas de temporalidad.
Por otra parte, mientras que se ha dado un descenso mensual del desempleo del -2,9% entre la población con nacionalidad española, el número de personas paradas con nacionalidad extranjera aumenta un 3,5%. Una de las razones principales es la persistente segregación ocupacional por rama de actividad, esta vez según origen. Así, según la evolución por actividad, se observa un significativo aumento del paro procedente de ramas como las del sector primario en las que la presencia de personas extranjeras es mayoritaria.
Respecto al nivel de estudios, se produce un descenso mensual del 6,6% en el caso de las personas paradas con estudios de bachillerato, destacando también el descenso del paro de aquellas con estudios de Formación Profesional (un -5,1% en el caso de la FP de Grado Superior y un -4,5% en el de FP de Grado Medio). A pesar de ello, conviene seguir advirtiendo que siete de cada diez personas desempleadas, un 70,6% exactamente, únicamente cuentan con formación básica (hasta primera etapa de secundaria).
Respecto a la evolución mensual del paro por Agencias de Empleo, resulta destacable, dadas las circunstancias, que sea la Agencia de empleo de Aoiz / Agoitz la que presente un mayor descenso del paro en términos relativos. Se trata de una reducción mensual del paro registrado del -6,3% (59 personas desempleadas menos en un mes). En el extremo contrario se encuentra la Agencia de Lodosa en la que se registra un 7,7% más de personas desempleadas. Más allá del impacto de la propia crisis del COVID-19 y tal y como suele suceder en los meses de junio, se produce un aumento del desempleo procedente del sector primario y en menor medida de la industria de la alimentación, actividades con un peso importante en la zona. Así pues, se trata de un elemento de carácter principalmente estacional derivado del fin de determinadas campañas. Este hecho supone un mayor aumento del paro en zonas en las que la evolución del desempleo durante la crisis había resultado ser más benévola, debido precisamente al mayor peso del sector primario y la industria agroalimentaria (actividades esenciales).
En cuanto al tiempo en desempleo, según los datos de junio, del total de personas desempleadas, un 22,4% lleva en paro menos de tres meses, mientras que tres de cada diez (31,7%) llevan en paro más de un año.
Por último, por actividades, los mayores crecimientos mensuales del desempleo en términos absolutos se producen en el sector primario (291 personas paradas más respecto a mayo) y en la industria de la alimentación (167 personas desempleadas más). A estos aumentos se les suma los también habituales incrementos del paro procedentes de las ramas educativas (57 más) y el aumento de personas sin empleo anterior, en su mayoría jóvenes, que se incorporan el mercado de trabajo (185 más). En ambos casos estos aumentos coinciden lógicamente con el fin del curso escolar. Estos incrementos del paro se compensan por los también habituales descensos del desempleo en este mes en ramas como las sanitarias (158 personas paradas menos) y en las actividades relacionadas con el empleo (agencias de colocación, ETT) con 518 personas desempleadas menos respecto a mayo. Este último hecho, aunque es habitual en junio, resulta, dadas las circunstancias, más positivo ya que evidencia una cierta activación; eso sí, se trata de un empleo de carácter flexible y por tanto inestable condicionado por la evolución de la pandemia y su impacto en la economía y el tejido productivo.
Afiliaciones, contratos y cobertura
Tal y como se ha explicado. En lo que se refiere a la afiliación a la Seguridad Social, el número medio al finalizar el mes de se sitúa en las 280.385 por tanto, 2.192 menos que el mes anterior y 8.825 menos que hace un año. Estos descensos suponen en términos porcentuales una bajada del -0,78% en un mes y un descenso anual del -3,05%.
Por otra parte, si se tiene en cuenta la afiliación media de febrero se han destruido aproximadamente 8.431 empleos, un -2,9%.
En el Estado, se ha dado un leve incremento mensual del 0,37% pero un descenso anual del -4,58% en un año. Navarra es la segunda Comunidad Autónoma con más pérdida de afiliaciones en un mes, pero es la tercera en la que menos empleo se destruye en un año.
Por su parte, otro de los indicadores que refleja de manera clara el histórico impacto de la crisis es el relativo a la contratación, a pesar de que los datos de junio resultan claramente más positivos que los de los meses anteriores y reflejan, por tanto, un ligero repunte de la actividad. Así, el número de contratos registrados en junio son 19.882. Por tanto, se produce un significativo aumento respecto a mayo (5.618 más, un 39,4%). Sin embargo, en comparación con junio de 2019 el descenso de la contratación es del -42,5%, es decir, 14.715 contratos menos. Según el tipo de contrato, se han registrado un 43,3% menos de contratos temporales y un 29,6% menos de indefinidos respecto al mismo mes del pasado año.
Como aspecto positivo cabe destacar que el número de contratos indefinidos durante el mes de junio ha sido de 1.381 lo que supone el 6,95% del total de los contratos registrados. Este dato, dadas las circunstancias, tiene un especial valor a pesar de que la mayoría de los contratos firmados siguen siendo temporales.
Los principales focos del aumento mensual de la contratación son: las actividades sanitarias (1.156 contratos más en un mes), los servicios de comidas y bebidas (889 más), los servicios a edificios y actividades de jardinería (496 más), la industria de la alimentación (444 más), las actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento (409 más) y el comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas (396 contratos más con respecto a mayo).
Finalmente, respecto de la cobertura del desempleo, cabe indicar que se trata de datos relativos a mayo, se observa un nuevo aumento del número de personas con cobertura. De esta forma, el número de personas con cobertura aumenta significativamente, desde las 19.242 personas beneficiarias en marzo a las 50.999 de mayo. Es decir, se produce un incremento del 165%. La transformación en la composición de la protección de las personas ha sido sustancial, aunque también lógica debido a las medidas implementadas. Hay que tener en cuenta el importante aumento del número de personas ocupadas cubiertas por los denominados ERTE de suspensión. En marzo, el número de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo eran 11.830 mientras que en mayo son 42.950. Conviene insistir en que en esta categoría se incluyen a las personas afectadas por los ERTE y que por tanto no figuran como desempleadas.
En cuanto al gasto que representa la cobertura en Navarra, esta supone 75,1 millones de euros frente a los aproximadamente 20 millones de marzo. Cabe añadir que la cuantía media de la prestación contributiva percibida por beneficiario (euros/mes) en Navarra sigue siendo una de las mayores del Estado, concretamente la segunda. En el mes de mayo la cuantía fue de 875,4 euros mientras que en el conjunto del Estado fue de 817,2 euros.