31 de mayo de 2021

Un innovador proyecto de intervención social incorpora a menores con medidas judiciales en las actividades de huerta, cuidado de animales y taller de cocina en Casa Gurbindo

Se trata de menores que acuden al Centro de Día de Justicia Juvenil gestionado por la Fundación Gizain por encargo de Derechos Sociales
videocam Visita al Centro de Día de Justicia Juvenil en Casa Gurbino. collections Galería de imágenes

Los jóvenes que acuden al Centro de Día de Justicia Juvenil participarán en un innovador proyecto de intervención social, incorporándose a las actividades de cultivo de huerta, cuidado de animales y taller de cocina en Casa Gurbindo, situada en el Parque de Aranzadi de Pamplona / Iruña.

Los jóvenes que acuden al Centro de Día de Justicia Juvenil participarán en un innovador proyecto de intervención social, incorporándose a las actividades de cultivo de huerta, cuidado de animales y taller de cocina en Casa Gurbindo, situada en el Parque de Aranzadi de Pamplona / Iruña.

La consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, ha visitado esta mañana el Centro que pasa de su antigua ubicación, en la Calle Errotazar, al Centro de Interpretación de la Agricultura y Ganadería, más conocido como “Casa Gurbindo”, del Ayuntamiento de Pamplona y gestionada por Fundagro, fundación de la UAGN.

Esta nueva localización permitirá poner en marcha este innovador proyecto de intervención con los y las menores, compartiendo espacios y actividades con personas con discapacidad intelectual y mayores. Concretamente lo harán en los programas de cocina, huerta y cuidado de animales que desarrollan Fundagro,  Gure Sustraiak, que imparte el taller pre laboral de cocina, y la asociación de mayores Lacarra que, de manera voluntaria, cultiva cerca de 2.000 metros cuadrados de la finca y destina los productos que se obtienen a comedores sociales y bancos de alimentos.

“Este hecho, ha señalado la consejera Maeztu, lejos de suponer una dificultad, se convierte en una oportunidad para potenciar la construcción comunitaria que forma parte de la filosofía del Centro y que se traduce en sinergias comunes y en un intercambio y contacto entre todos y todas”.

“Porque la intervención, además de evitar la reincidencia en determinadas conductas, también ha de tener como objetivo la inclusión social y la búsqueda de alternativas a su forma de vida”, ha señalado la consejera.

La nueva localización en Casa Gurbindo, en pleno corazón de Pamplona, en un entorno natural y abierto, contribuye también a integrar valores de respeto al medio ambiente y ecología que son transversales a la acción educativa.

En la visita a las nuevas instalaciones Maeztu ha estado acompañada por María Caballero, concejala del Ayuntamiento de Pamplona; y Félix Bariáin, presidente de la UAGN; Inés Francés y Olga Chueca, de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas, de Derechos Sociales; Jesús Jiménez y Jorge Ollero, directores de Servicio del Departamento Políticas Migratorias y Justicia, junto con Pedro Ardaiz y José Luis Otano, gerente de la Fundación Gizain y coordindor del Centro respectivamente, y Raúl Pilar, de Gure Sustraiak.

Tanto María Caballero, como Félix Bariáin, han recordado el origen de Casa Gurbindo, en 2012 “su objetivo era y sigue siendo sensibilizar a la ciudadanía y concretamente a los niños y niñas, sobre el valor de la agricultura y la ganadería”.

El presidente de la UAGN ha destacado que “durante esta pandemia nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene que podamos producir alimentos nosotros mismos y es fundamental trasladar ese mensaje a la ciudadanía, para que valorice esta profesión, que no solo da de comer a la población sino que protege el medioambiente y lucha contra el despoblamiento”.

“Este proyecto, ha indicado Bariáin, fortalece la concesión de Casa Gurbindo Etxea, para seguir trabajando en la sensibilización de temas vinculados al medio ambiente y sostenibilidad a través del apoyo a las personas más vulnerables, mediante la integración social”.

Prestación garantizada en la Cartera de Servicios Sociales

El Centro de Día de Justicia Juvenil es una prestación garantizada dentro de la Cartera de Servicios Sociales, gestionado por la Fundación Gizain, por encargo del Departamento de Derechos Sociales.  Se trata de un recurso judicial para menores, en medio abierto alternativo al internamiento, que se desarrolla de forma personalizada e integrando el contexto familiar y social.  

Los jóvenes que acuden al mismo, con edades entre los 14 y 18 años, lo hacen mediante una sentencia firme de asistencia a centro de día o como complemento a su medida judicial, para realizar tareas de apoyo, educativas, formativas o laborales.

Los y las menores residen en su domicilio habitual y acuden al centro, con carácter ambulatorio, para realizar actividades de apoyo, educativas, formativas laborales o de ocio.

El centro, que cuenta con una capacidad total de 16 plazas, proporciona a los y las menores un ambiente estructurado durante buena parte del día y llevan a cabo actividades socio-educativas que compensan las carencias del ambiente al que pertenecen.  A lo largo de su permanencia en el mismo se busca impedir el deterioro o aumento de los factores de riesgo asociados a su situación personal, familiar, educativa y social.

La intervención con los y las jóvenes se lleva a cabo en distintos niveles, individual, grupal y familiar, además de abordar el componente comunitario, con iniciativas como las que ahora se ponen en marcha.

14 menores atendidos en el primer año de existencia del Centro

El primer año de funcionamiento del Centro de Día de Justicia Juvenil ha estado marcado y condicionado por la pandemia, puesto que quince días después de iniciar su actividad fue decretado el estado de alarma.

A pesar de ello, abrió sus puertas de nuevo el 11 de mayo y durante 2020 atendió a 14 jóvenes, todos ellos varones. En cinco casos se cerró el expediente, y 9 continuaron abiertos en 2021.  En la actualidad son 11 los jóvenes (10 chicos y 1 chica) que se están beneficiando del recurso, a la espera de 3 incorporaciones. Su capacidad total es de 16 plazas.

 

Del balance de 2020 se concluye que el 21,42% de los casos tienen medida judicial por robo con violencia, mientras que por delito grave de daños son un 14.28 %, y otro 14.28% por maltrato en el ámbito familiar. El 57.14% presentan consumos, siendo la sustancia más habitual el cannabis.

El equipo estable del centro en este momento está compuesto por cinco personas, dos técnicas en Intervención Familiar y tres Educadoras Sociales.

Dentro del modelo de intervención, activo y participativo, se incluyen procesos de interacción con otras personas y experiencias distintas a las propias, como las que está previsto desarrollar ahora en Casa Gurbindo.

Estas se suman a las realizadas ya en coordinación con otras entidades, como es el caso de Suspertu, de Proyecto Hombre, en talleres sobre prevención consumos, o la asociación Berriztu para apoyo en algunos casos, junto con los Servicios Sociales de Base y recursos externos del ámbito de lo social.

Dentro del trabajo competencial, además del desarrollo de competencias laborales (a través de los programas de cocina y huerta y animales) el trabajo en el desarrollo de competencias personales se articula alrededor de talleres relacionados con el ámbito de las habilidades sociales, el desarrollo moral (valores), la gestión emocional, la prevención del consumo de tóxicos, la igualdad y la prevención de la violencia de género, la educación vial, la búsqueda activa de empleo, la educación psicoafectiva y el tratamiento de la conducta delictiva desde un paradigma de Justicia Restaurativa.