20 de noviembre de 2002

Un sensor colocado en la mejilla del feto reduce la tasa de cesáreas y mejora la salud de los recién nacidos en el Hospital Virgen del Camino

El Hospital Virgen del Camino, pionero en el uso protocolizado de la pulsioximetría en los partos complicados
Un sensor colocado en la mejilla del feto reduce la tasa de cesáreas y 
mejora la salud de los recién nacidos en el Hospital Virgen del Camino
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La aplicación de un pequeño sensor en la mejilla del feto es suficiente para que los médicos logren toda la información bioquímica necesaria para abordar con garantías aquellos partos que se presentan con monitorización complicada. De este modo asegura la salud de los recién nacidos y disminuye el número de cesáreas que hasta la fecha se llevaban a cabo de manera preventiva porque no se disponían de esos datos bioquímicos.



La Sala de Partos del Hospital Virgen del Camino de Pamplona es uno de los primeros centros europeos que ha protocolizado el uso de esta técnica, la pulsioximetría, en todos los partos con complicación cardiotocográfica.


Un proyecto de investigación financiado por el Departamento de Salud y realizado por los doctores Iñigo Fernández Andrés (quien ha logrado la calificación  de "sobresaliente cum laude" en la tesis doctoral que con este motivo ha defendido en la Universidad de Navarra hace unas semanas) e Isabel Martínez Montero, ginecólogos de este centro hospitalario, ha hecho posible la incorporación de esta novedosa técnica.

La frecuencia cardiaca y la oxigenación del medio fetal


Las salas de parto de los hospitales suelen controlar el bienestar del feto en el momento anterior al parto a través de la monitorización de la frecuencia cardiaca o cardiotocografía fetal, valiéndose para ello de un transductor ultrasonocardiográfico (también llamado registro externo) o de la electrocardiografía o registro interno.



No obstante, la información del ritmo cardiaco es incompleta para conocer con exactitud la salud del feto. La evidencia médica demuestra que el bienestar del recién nacido está directamente ligado al nivel de acidosis (disminución del pH de la sangre) y de oxigenación que presenta el medio fetal en los momentos previos al parto.


Por tanto, cuando el registro cardiotocográfico del feto no es satisfactorio, los equipos que trabajan en las salas de partos buscan conocer ese nivel de oxigenación y acidosis, también conocido como equilibrio ácido base del medio fetal, lo que aporta una información mucho más adecuada para manejar con solvencia el parto (hasta ahora era imposible conocer el grado de oxigenación del feto por su localización intrauterina).



Existen para ello dos técnicas: por un lado, la microtoma de sangre por punción del cuero cabelludo fetal y, por otro, la pulsioximetría. La primera técnica es invasiva para el feto y molesta para la parturienta, y además debe repetirse en varias ocasiones para conocer la evolución del medio fetal. La segunda, que es la que ha incorporado recientemente el Hospital Virgen del Camino (ya disponía de la primera), no ocasiona molestias ni a la mujer ni al feto y permite una monitorización continua.


La pulsioximetría


La pulsioximetría permite conocer el contenido de oxígeno en cada momento y ya se emplea en otras áreas médicas, como en anestesia o cuidados intensivos.


Su aplicación en los partos es la siguiente: desde un diminuto sensor colocado dentro del útero, concretamente en la mejilla del feto, se emiten luces rojas e infrarrojas cuyo reflejo es medido por un fotodetector que hace un cálculo matemático a partir de la certeza de que la oxihemoglobina absorbe la luz infrarroja, lo contrario que desoxihemoglobina, que absorbe la luz roja, conociendo así el nivel de oxigenación del medio fetal.


El propio pulsioxímetro relaciona esta información con el pulso arterial, eliminando de este modo la necesidad de emplear, de modo añadido, una microtoma sanguínea por punción de la cabeza del feto.


El empleo de esta técnica, que permite conocer al mismo tiempo el ritmo cardiaco del feto y el nivel de oxigenación del medio fetal, además de asegurar resultados perinatales óptimos cuando sus valores son los adecuados, logra reducir la tasa de cesáreas que se deciden practicar de modo preventivo si sólo se cuenta con la información cardiotocográfica, al tiempo que le ahorra a la madre los problemas y molestias que pueden causarle la práctica de micromuestras de cuero cabelludo fetal.