25 de noviembre de 2025

El Gobierno de Navarra demanda una reflexión colectiva ante los gestos cotidianos de machismo que “posibilitan violencias más explícitas y graves”

Las vicepresidentas Ollo y Alfaro piden una reflexión colectiva sobre las formas de violencia económica, psicológica y simbólica “invisibilizadas”, en la concentración con motivo del 25N

El Gobierno de Navarra ha mostrado hoy su rechazo hacia las violencias cotidianas que sufren las mujeres, consideradas la “base de un iceberg que legitima y posibilita otras formas de violencia más explícitas y graves”. Se trata de formas violencia económica, psicológica y simbólica muchas veces “invisibilizadas” y justificadas socialmente, pero que representan “un severo y persistente obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática”.

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Gobierno de Navarra ha reivindicado la necesidad de “afinar la mirada colectiva y reflexionar” sobre gestos y comportamientos cotidianos que generan desigualdad de género, porque “solo una sociedad consciente puede ser verdaderamente libre y justa”.

El presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, junto con integrantes del Ejecutivo foral han encabezado una concentración celebrada frente al Palacio de Navarra con motivo del 25N. La vicepresidenta segunda y consejera de Memoria, Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, y la vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas, Begoña Alfaro, han leído la declaración institucional aprobada por el Gobierno de Navarra con motivo de esta jornada reivindicativa, en sus versiones en euskera y castellano, respectivamente. 

El Gobierno de Navarra ha querido centrar su mensaje de este año en “mirar más allá” de la violencia evidente y “sacar a la luz las violencias ocultas, aquellas que se enmascaran en los gestos cotidianos, en el lenguaje, en la negación del problema o en la justificación del control” a las mujeres, así como en su cosificación, basada en mensajes centrados en su apariencia física. 

“Nuestra sociedad continúa condicionada por una cultura machista que se manifiesta en todos los ámbitos: en el entorno familiar, en la política, en el deporte, en las relaciones afectivas y sexuales, en el ámbito laboral y en los medios de comunicación. Cada día escuchamos o hacemos comentarios, y presenciamos o protagonizamos conductas que reflejan y perpetúan la desigualdad estructural y la jerarquía impuesta por los roles de género tradicionales. Cada día, ocultas en lo cotidiano, también se ejercen violencias contra las mujeres y las niñas”, han expuesto las vicepresidentas Ollo y Alfaro.

La declaración coincide con el mensaje central de la campaña de publicidad institucional lanzada por el Gobierno de Navarra este año con motivo del 25N, bajo el lema ‘La violencia también se oculta en lo cotidiano. Hagámosla visible’.

Declaración institucional
El texto literal de la declaración institucional, aprobada en sesión de gobierno, es el siguiente: 
“Como cada año, Gobierno de Navarra se adhiere a la movilización del movimiento feminista, de la ciudadanía y de las instituciones con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

A través de esta declaración, Gobierno de Navarra reafirma su compromiso firme con la erradicación de las desigualdades de género y con la construcción de una sociedad plenamente libre de violencias contra las mujeres y las niñas.

La violencia contra las mujeres y las niñas por el mero hecho de serlo es un atentado contra el derecho a la vida, la libertad y la dignidad de las mujeres y representa un severo y persistente obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática.

Nuestra sociedad continúa condicionada por una cultura machista que se manifiesta en todos los ámbitos: en el entorno familiar, en la política, en el deporte, en las relaciones afectivas y sexuales, en el ámbito laboral y en los medios de comunicación. Cada día escuchamos o hacemos comentarios, y presenciamos o protagonizamos conductas que reflejan y perpetúan la desigualdad estructural y la jerarquía impuesta por los roles de género tradicionales. Cada día, ocultas en lo cotidiano, también se ejercen violencias contra las mujeres y las niñas.

A veces actuamos sin ser plenamente conscientes, por costumbre o por falta de reflexión. Sin embargo, en muchas ocasiones minimizamos estas actitudes, tratamos de justificarlas o incluso culpamos a quienes las denuncian o las padecen, acusándoles de provocar conflictos o de generar un mal ambiente.  

¿No sería más propio de una sociedad responsable escuchar y tomar en serio a las mujeres y las niñas cuando señalan las agresiones cotidianas, los comentarios despectivos y las actitudes de superioridad o control?

Y sin embargo, en muchas ocasiones guardamos silencio aun siendo plenamente conscientes de las razones por las que lo hacemos. A veces justificamos esas actitudes o miramos hacia otro lado, sabiendo que estamos permitiendo que continúen.

Estas formas de violencia de menor intensidad, que no suelen aparecer en las noticias, constituyen la base que sostiene y alimenta otras formas de violencia: su mínimo común denominador. 
Esta violencia no es invisible, insignificante, ni difícil de identificar. Está invisibilizada porque nombrarla implica tomar posición, y hacerla visible exige decisión y compromiso en los espacios cotidianos: la familia, la pareja, el trabajo, las amistades. Ahí radica su complejidad. 

Es necesario, por tanto, poner el foco también en las violencias más cotidianas contra las mujeres: aquellas que forman la base del iceberg, las que se ocultan o invisibilizan. Son las violencias que legitiman y posibilitan las más explícitas y graves. Violencias profundamente arraigadas, que pasan desapercibidas o incluso, se justifican socialmente. 

Estas violencias —económicas, psicológicas, simbólicas— se manifiestan a través de comportamientos, actitudes y discursos que parecen inofensivos, pero que reproducen el control, la desigualdad y la desvalorización de las mujeres. 

Para visibilizar las violencias invisibilizadas es fundamental poner en valor las relaciones basadas en la escucha, el respeto mutuo, el acuerdo y los derechos humanos, frente a los modelos jerárquicos y posesivos. Además, es esencial crear contextos sociales que promuevan la autonomía y fortalezcan la credibilidad de las mujeres y las niñas.

Por eso, este año nos proponemos mirar más allá de lo evidente. Queremos sacar a la luz las violencias ocultas, aquellas que se enmascaran en los gestos cotidianos, en el lenguaje, en la negación del problema o en la justificación del control.

Reconocer estas violencias es el primer paso para erradicarlas. Es necesario afinar nuestra mirada colectiva y reflexionar sobre nuestros propios comportamientos, porque solo una sociedad consciente puede ser verdaderamente libre y justa.

Como institución, reconocer el problema no es suficiente. Por ello, mantenemos el compromiso de actuar con determinación y desde una perspectiva feminista, trabajando de manera coordinada con otras instituciones, entidades sociales y la ciudadanía. Solo así podremos fortalecer las políticas y medidas integrales enfocadas en la prevención, atención, protección, reparación y acceso a la justicia para las mujeres y sus hijas e hijos que sufren violencias machistas.

Reafirmamos nuestro más rotundo rechazo a todas las formas de violencia contra las mujeres y nuestro firme compromiso para erradicar cualquier manifestación que vulnere su vida, su libertad o su dignidad. Que sea este nuestro homenaje sincero a todas las víctimas y supervivientes de la violencia contra las mujeres. 

Finalmente, invitamos a toda la ciudadanía a implicarse activamente en los actos organizados con motivo del 25N. La eliminación de la violencia contra las mujeres exige una respuesta colectiva, sostenida y comprometida. Solo con la participación de todas y todos podremos construir una Navarra libre de violencias machistas.”