16 de junio de 2022

El Archivo de Navarra conmemora el centenario de la Plaza de Toros de Pamplona

La microexposición de junio y julio muestra varios carteles sobre eventos taurinos celebrados a lo largo de los siglos XIX y XX
Ilustración del palco del recinto taurino de 1701.
Ilustración del palco del recinto taurino de 1701.  Descargar imagen Ver galería de imágenes

El Archivo Real y General de Navarra dedica su microexposición de los meses de junio y julio a exponer al público algunos de los documentos que custodia relacionados con el centenario de la inauguración de la Plaza de Toros de Pamplona, hecho que ocurrió en 1922.

En concreto, se exhiben documentos como el diseño del palco que utilizaba el Reino para la corrida de toros en 1701, carteles de eventos taurinos celebrados en la plaza vieja de Pamplona desde finales del siglo XIX y en la nueva plaza a lo largo del siglo XX y varias fotografías que muestran su evolución.

La muestra es de acceso libre y gratuito y permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días de los meses de junio y julio de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

Las plazas de toros de Pamplona

“Los festejos taurinos se celebran en Pamplona desde muy antiguo, aunque tenían lugar en espacios ordinarios como la Plaza del Castillo, que se adaptaban para las actividades taurinas mediante la instalación de elementos temporales desmontables, tales como tribunas, vallados o defensas.

La muestra se abre con un documento gráfico de principios del siglo XVIII que representa el palco que se había encargado para la corrida de toros celebrada en Pamplona con motivo del enlace del rey Felipe V y la reina María Luisa de Saboya.

“La situación cambió a mediados del siglo XIX, momento en que la ciudad decidió contar con una plaza de toros fija que se construiría en terrenos del antiguo convento de las Carmelitas Descalzas, en las proximidades de la Plaza del Castillo”, comentan los responsables de la exposición.

Este primer coso estable tendría, pese a todo, una vida efímera, puesto que a los pocos años fue sustituido por otro de mayores dimensiones que fue inaugurado en los Sanfermines de 1853 y que acogió desde entonces los festejos taurinos de la ciudad. “De ellos son buena muestra los carteles anunciadores de eventos celebrados en la plaza durante los siglos XIX y XX que se exhiben al público en esta ocasión”, recuerdan.

“Con el paso de los años, el aumento de afición a la tauromaquia, así como el envejecimiento del viejo coso pamplonés, fueron haciendo cada vez más patente la necesidad de contar con una nueva plaza de toros”.

Un imperativo que adquirió definitiva carta de naturaleza al aprobarse el proyecto de construcción del II Ensanche de Pamplona, “en cuya nueva trama urbana la vieja plaza de toros se interponía y que aún se haría más perentorio al incendiarse parte del tendido de la vieja plaza en el verano de 1921”, explican.

La Casa de Misericordia y el Ayuntamiento de Pamplona

A tal fin, la Casa de Misericordia tomó la iniciativa y propuso al Ayuntamiento pamplonés hacerse cargo de la construcción de una nueva plaza que, para no variar el recorrido tradicional de los encierros de San Fermín, se proyectó en un lugar muy cercano al del viejo coso, comentan, “pero plenamente alineado ya con las manzanas urbanísticas diseñadas para el II Ensanche”.

El proyecto de la nueva plaza se encargó al arquitecto Francisco Urcola, quien ya tenía experiencia en la redacción de proyectos de otras plazas de toros españolas como las de Sevilla y San Sebastián.

Tras varios meses de obras, la nueva plaza fue inaugurada en los Sanfermines de 1922 y se convirtió, desde entonces, en una de los recintos taurinos con mayor aforo y fama a nivel mundial, “en uno los hitos arquitectónicos más conocidos de Pamplona”, señalan.

Desde entonces ha acogido, no sólo eventos taurinos, sino también otro tipo de espectáculos como conciertos. Precisamente, la micromuestra se cierra “con una selección de carteles y fotografías del centenario coso pamplonés, uno de los espacios urbanos de la capital navarra más identificados con las fiestas de San Fermín y, además, uno de los hitos arquitectónicos más conocidos de la ciudad”, concluyen.