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ES
LA SEGUNDA especie en superficie y supone en torno al
28% dentro de los cultivos herbáceos en secano, con
tendencia a mantenerse. Su presencia es muy importante en
la Baja Montaña y en la Zona Media y muy reducida
en las zonas áridas y semiáridas.
Los rendimientos del trigo blando son muy altos en las zonas
cerealistas del norte (Yerri, Valdizarbe y Cuenca de Pamplona),
pudiéndose superar en algunos casos los 6.000 kg/ha.
La producción media en Navarra es de unos 4.000 kg/ha.
La variedad más utilizada desde hace muchos años
en los secanos de Navarra ha sido Marius, pues tiene cierta
rusticidad y proporciona rendimientos aceptables; en la
actualidad, se sigue sembrando (16%) pero ha sido desplazada
por la variedad Berdún (43%). Aunque son más
exigentes en humedad y nutrientes, son importantes por su
productividad la variedad Soissons (34%), sobre todo en
la Cuenca de Pamplona, y Babel y Tremie en los secanos de
la Zona de Baja Montaña.
El trigo se puede cultivar durante varios años seguidos,
alternándolo después con girasol, con algún
cultivo proteaginoso o con otro cereal como la avena.
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