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Roble pedunculado

Distribución del Roble pedunculado

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Robledal de roble pedunculado


Ejemplar de roble pedunculado

EL ROBLE PEDUNCULADO o roble común (Quercus robur) ocupa 11.969,5 ha que se localizan en el noroeste del territorio, mayoritariamente en la vertiente cantábrica aunque también se encuentra en la mediterránea. Se distingue de otros robles por sus hojas cortamente pecioladas, glabras y de un tamaño medio alto y por sus bellotas pedunculadas.

Los robledales existentes en la Navarra oceánica pertenecen a la serie colina acidófila húmedo-hiperhúmeda cántabro-euskalduna del roble pedunculado. En estas zonas, el roble forma hermosos bosques en los valles del Urumea, Bidasoa y Ezkurra siendo Baztan, Goizueta, Lesaka, Leitza y Etxalar los municipios con mayor superficie. Se suelen ubicar en laderas suaves y orientadas al sur, en altitudes siempre inferiores a los 500 m, por encima de las cuales ceden ante el haya, más montaraz. Estos robledales acidófilos forman un bosque alto y denso, constituido casi en exclusiva por el roble común, con presencia esporádica de abedul, serbal y marojo.

Al sur de la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea, los robledales pertenecen a la serie submontana navarro-alavesa mesofítica del roble pedunculado. Están muy extendidos en los fondos de valle de la Ultzama, Imotz, Atez, Basaburua y Barranca-Burunda. Ocupan los suelos profundos de fondo de valle y zonas más o menos llanas, con humedad (el roble común soporta niveles freáticos altos) y disponibilidad de nutrientes. Los bosques son igualmente esbeltos y densos, aunque se diferencian de los anteriores en el abundante estrato arbustivo que crece bajo el dosel arbóreo, con presencia de numerosas especies espinosas, así como hiedras y madreselvas. Un buen ejemplo de bosque maduro de roble pedunculado se encuentra en el Área Natural Recreativa de Orgi, perteneciente al concejo de Lizaso, valle de Ultzama.

La distribución de estos bosques es discontinua, con manchas numerosas pero de escasa extensión. Su superficie ha disminuido mucho ya que por un lado su madera es muy apreciada y por otro, al ocupar terrenos profundos y frescos de fondo de valle, se han arrancado para crear praderas. También grandes zonas de robledal han sido sustituidas por repoblaciones de otras frondosas de crecimiento rápido como es el roble americano (Quercus rubra).