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ROBLE
MELOJO, marojo o ametza (Quercus pyrenaica) resulta
inconfundible por sus hojas profundamente lobuladas y muy
especialmente por el tupido terciopelo blanco que cubre
las dos caras de la hoja. Ligada siempre a sustratos ácidos,
fundamentalmente sobre areniscas y calcarenitas, estos robledales
ocupan 3.225,5 ha en la Navarra noroccidental, en municipios
como Basaburua, Atez, Ultzama, Imotz, Labaien, Goizueta
y, ya más al sur, en Cabredo.
Se sitúa en laderas soleadas entre 500-700 m, donde
no se dan las condiciones adecuadas para que prosperen el
haya o el roble pedunculado, sobre suelos secos y bien drenados.
Los marojales han sido muy reducidos por la intervención
humana por lo que hay pocos bosques con altura y extensión
de alguna consideración. Una muestra representativa
de bosque maduro es el marojal de Peña de la Abeja,
situado en el municipio de Cabredo, que está catalogado
como Reserva Natural.
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