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En la mayoría de ocasiones, la decisión se toma "sobre plano", es decir, mientras la vivienda se está construyendo, esta circunstancia te permite hacer algunas reformas o cambiar materiales si así se pacta con la empresa promotora.
El desembolso económico no se efectúa de una sola vez como ocurre con la compra de una vivienda usada. Generalmente, se realiza una entrega inicial al promotor y, mientras dura la construcción, se van pagando mensualidades o letras.
Una vez terminada la vivienda, puedes subrogarte en la hipoteca que el promotor tenga suscrita si las condiciones te resultan interesantes.
No se puede utilizar inmediatamente porque hay que esperar un tiempo hasta que termine de construirse, plazo que puede alargarse.
Es difícil encontrar vivienda nueva en determinadas zonas, como el centro de las ciudades.