Es la sustancia psicoactiva más consumida, pero con menor percepción de riesgo. Su consumo afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, aunque de manera progresiva actúa sobre el sistema nervioso central inhibiendo las funciones cerebrales.

Consumir alcohol no es sólo una decisión individual, hay factores como el lugar en el que se vive, las costumbres, el nivel de estudios y el género que influyen en cuánto y cómo se consume.

Conocer la cantidad de alcohol que consumimos y nuestro patrón de consumo es el primer paso para identificar los riesgos que tiene para nuestra salud y para la salud de las personas que nos rodean, y ayudarnos a tomar decisiones en relación a nuestro consumo que cuiden mejor de la salud.

Para más información:

• Ministerio de Sanidad.