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Cultura edita “El arte gótico en Navarra”, obra que analiza un periodo artístico brillante y muy desconocido

 

jueves, 14 de enero de 2016


 


Portada del libro. ( ampliar imagen )

La Dirección General de Cultura ha publicado el libro “El arte gótico en Navarra”, obra de 669 páginas y cuidadas ilustraciones entre las que se incluyen planos y secciones arquitectónicas actualizados, que analiza un periodo artístico brillante pero muy desconocido, con creaciones equiparables a las mejores del arte europeo contemporáneo.

Se trata de la primera obra de conjunto sobre el gótico navarro realizada desde hace más de cuarenta años, y recoge estudios surgidos desde entonces, sintetizados y actualizados, junto a otros inéditos elaborados ex profeso para esta publicación. Los textos son obra de Clara Fernández-Ladreda (directora), Carlos J. Martínez Álava, Javier Martínez de Aguirre y Mª Carmen Lacarra Ducay. Se han publicado 1.000 ejemplares disponibles en las librerías al precio de 38 €.

El libro se inicia con una introducción y se estructura en cuatro grandes bloques cronológicos que marcan la evolución del gótico en Navarra.

El gótico clásico (1200 a 1276)

El primero esta dedicado al “Gótico clásico (1200 a 1276)”. Se trata de una fase de tránsito compleja y difícil de sintetizar, especialmente en arquitectura religiosa, que cuenta con cuatro grupos muy distintos: los grandes conjuntos tardorrománicos que prolongan la etapa precedente (La Oliva, Irache, catedral de Tudela); Roncesvalles que marca la ruptura con lo anterior y la irrupción del gótico, las iglesias de nave única (Santa María de Olite y San Saturnino de Artajona) y los conventos de órdenes mendicantes (Santo Domingo de Estella); a ellos habría que añadir la arquitectura civil (Tiebas).

En la escultura destaca la portada del Juicio de la catedral tudelana, una de las más antiguas del gótico español, con una temática muy interesante, y el yacente de Sancho el Fuerte, primer ejemplo de escultura funeraria en Navarra. En la pintura mural interesa señalar que además de las obras conocidas (Artaiz, San Pedro de Olite, Artajona) se incorporan otras recientemente descubiertas (Santa María de Olite, Roncesvalles, Aibar). En la orfebrería descuella el relicario del Santo Sepulcro, realizado en París, obra clave de la orfebrería europea del momento.

Gótico radiante (1276-1387)

 El segundo bloque se ha consagrado al “Gótico radiante (1276-1387)”. El eje de esta etapa será el conjunto del claustro y dependencias canonicales de la catedral de Pamplona, que suponen un caso excepcional, pues ninguna otra catedral hispana o europea ha conservado la totalidad de las estancias en que se desarrollaba la vida en común de los canónigos: claustro para la meditación y el recreo, sala capitular para las reuniones, refectorio para las comidas, cocina y dormitorio; se trata de edificaciones de gran calidad y embellecidas con magníficas esculturas (puertas del Amparo y Preciosa, ménsulas y claves del refectorio) y pinturas (mural del Refectorio y del sepulcro Sánchez de Asiain, hoy en el Museo de Navarra), que figuran asimismo entre lo mejor del gótico europeo.

En esta obra se dieron cita artistas de primera fila (Miguel, Arnalt de Puyssiviler, Guillermo Ingles, Jacques Perut) procedentes de distintos focos (Francia, Inglaterra e Italia).

La empresa catedralicia marcará el panorama artístico navarro y su eco estará detrás tanto de la arquitectura como de la escultura y la pintura (iglesias de San Saturnino de Pamplona y Ujue, portada del Santo Sepulcro de Estella, murales de la Escuela de Pamplona). En el caso de las pinturas murales, se incluyen de nuevo numerosos conjuntos aparecidos en los últimos tiempos, algunos de excelente calidad y prácticamente desconocidos (San Salvador de Sangüesa, Ororbia, Ujue, Olloki, Ekai, Azanza, Eristain), que hacen de Navarra el territorio de España con más ejemplos de pintura mural gótica.

El estilo internacional y la influencia borgoñona (1387-1441)

El tercer bloque lleva el título “El estilo internacional y la influencia borgoñona. Carlos III y Blanca (1387-1441)” y gira en torno a dos realizaciones: el palacio de Olite y la tumba de Carlos III y su esposa Leonor; a las que podríamos añadir el templo catedralicio.

El palacio de Olite, promovido por Carlos III, con la colaboración de un nutrido grupo de artífices dirigidos por el mazonero Martín Periz de Estella, el carpintero Lope Barbicano y el pintor Enrich de Zaragoza, reúne y sintetiza las influencias de los grandes conjuntos palaciegos europeos que el monarca pudo conocer en sus viajes y estancias en el extranjero (Louvre, Vincennes, Alcázar de Segovia, Aljafería de Zaragoza).

Desgraciadamente lo que vemos es sólo un esqueleto, y para hacerse una idea de cómo era el castillo en realidad habría que tener en cuenta las techumbres de madera pintadas y doradas, las yeserías policromadas, las pinturas murales con variados y ricos motivos, las vidrieras, tapices, muebles, etc.

Por su parte la tumba de Carlos III y su esposa sitúa de nuevo a Navarra al nivel europeo, pues esta considerada como una de las mejores realizaciones de la época. No en vano su director y autor principal, Johan Lome de Tournai, se formó en el taller del que se ha considerado el Miguel Ángel de su tiempo, Claus Sluter. Ambas obras, palacio y sepulcro, tuvieron además un gran impacto en el panorama artístico navarro, provocando la aparición de toda una serie de castillos nobiliarios (Arazuri, Marcilla) y tumbas monumentales (Sanchez de Oteiza, Garro, Villaespesa).

Tardogótico (1441-1512)

El libro se cierra con el “Tardogótico (1441-1512)”, periodo final, que ofrece un panorama artístico pobre como consecuencia de la guerra civil. Lo más reseñable son los retablos de pintura: Barillas, Tudela y, especialmente, los de la Incredulidad de Santo Tomás y los Profetas de la catedral de Pamplona, de gran calidad.

Los autores

Clara Fernández-Ladreda es profesora de la Universidad de Navarra. Sus investigaciones se centran en el arte medieval navarro y la imaginería medieval hispana. Entre sus publicaciones dedicadas al gótico destacan “Imaginería medieval mariana en Navarra”, “La escultura gótica en Eukal Herria”, el capítulo dedicado a la arquitectura gótica del libro “La catedral de Pamplona” (en colaboración con J. Lorda), “La decoración escultórica del claustro de la catedral de Pamplona: capiteles y claves figurativos”, “El gótico navarro en el contexto hispánico y europeo”, “La escultura en Navarra en la primera mitad del siglo XV: Johan Lome y su círculo”, y “La escultura en Navarra en tiempos de Sancho el Fuerte (1194-1234)”. Ha sido directora y coautora del volumen de esta misma colección dedicado al “Arte románico en Navarra”, publicado en 2002 y varias veces reeditado.

Javier Martínez de Aguirre es catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Sus líneas de investigación se centran en el arte medieval español, especialmente románico y gótico, en Navarra, Castilla y Aragón, y en los emblemas heráldicos de la Edad Media. Entre sus publicaciones de tema navarro cabe citar “Arte y monarquía en Navarra 1328-1425”, “Emblemas heráldicos en el arte medieval navarro” (en colaboración con F. Menéndez Pidal de Navascués y “El escudo de armas de Navarra”. Ha sido coautor del volumen de esta colección dedicado al “Arte románico en Navarra” y coordinador de la “Enciclopedia del Románico en Navarra” y de la ”Enciclopedia del Románico en Zaragoza.

Carlos J. Martínez Álava es doctor en Historia del Arte por la Universidad de Navarra y profesor de educación secundaria en el IES Mendillorri BHI de Pamplona. Entre sus publicaciones vinculadas al arte medieval navarro destaca “Del románico al gótico en la arquitectura de Navarra”, así como diversos estudios monográficos dedicados a la catedral de Pamplona (escultura), San Salvador de Sangüesa (arquitectura y pintura mural), San Zoilo de Cáseda, San Saturnino de Pamplona, San Julián de Ororbia (arquitectura y pintura mural), Ujué o Urroz. Es coautor de “El Arte Románico en Navarra”, de esta misma colección, y uno de los redactores de la “Enciclopedia del Románico en Navarra” y de la “Enciclopedia del Románico en Zaragoza”.


Carmen Lacarra Ducay es Catedrática de Historia del Arte Antiguo y Medieval en la Universidad de Zaragoza. Su especialidad es la Escultura y Pintura Góticas en Aragón y Navarra, sobre lo que ha publicado numerosos artículos. Ha sido Comisaria, de diversas exposiciones, entre las que destacan: La pintura gótica en la Corona de Aragón, Zaragoza, Museo Camón Aznar, 1980, Joyas de un patrimonio (I, II. y III), Diputación de Zaragoza, 1990, 1996 y 1999. Signos, arte y Cultura en el Alto Aragón Medieval, Gobierno de Aragón, Diputación de Huesca, 1993, y María, fiel al Espíritu, Arzobispado de Zaragoza-Museo Camón Aznar, 1998. Ha efectuado el Inventario de pintura mural en Aragón de los siglos XII al XV y dirige desde 1989 dirige el Inventario de Arte Mueble de la iglesia católica de Aragón por designación del Departamento de Cultura y Educación del Gobierno de Aragón. También ha realizado con un equipo de Licenciados en Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, el Inventario Artístico de las Diócesis de Huesca, de Jaca, y Barbastro. Actualmente lleva a cabo el de Zaragoza.


Nota de prensa:

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