No obstante, se observan ligeras diferencias en relación al género. El índice de repetición era del 26,2% entre los chicos y del 20,7% entre las chicas, con una diferencia del 5,5%. Esta aumenta al 12% si se compara la titularidad pública (28,1%) y concertada (16,3%) del centro y al 15% si se tiene en cuenta el modelo lingüístico, con una tasa del 27,1% en los modelos G/A, eminentemente en castellano, y del 12,1% en los modelos B/D, con presencia importante de euskera. El estudio matiza que estas diferencias según tipología y modelos lingüísticos podrían verse influenciadas por el ISEC de los centros.

Por último, no parece que el tamaño del centro tenga incidencia en el fenómeno de la idoneidad y la repetición. Únicamente se observan ligeras diferencias en el caso de centros muy grandes, con más de cinco clases por curso.

La repetición es vista como una medida útil

De las entrevistas realizadas se desprende que la repetición es considerada en términos generales como una medida útil. Tan solo el 12% del alumnado y el 13,4% del profesorado entrevistado piensan que repetir no sirve de nada.

A pesar de ello, los docentes puntualizan que hay que tener en cuenta el tipo de alumno repetidor. Así, señalan que para aquellos alumnos que van más lentos en su maduración y tienen interés por estudiar supone un empuje en su autoestima, mientras que para los alumnos desmotivados por los estudios y aburridos con una metodología teórica puede no servir y, por tanto, algunos docentes proponen clases de carácter más práctico para ellos.

Básicamente, se han identificado cinco tipologías de personas repetidoras: estudiantes con falta de motivación, aquellos con problemas de conducta o con baja capacidad, el alumnado inmigrante y aquel que ha padecido alguna enfermedad.

Como se ha indicado, tanto el alumnado como el profesorado consideran que la principal causa que lleva a un estudiante a repetir es su falta de esfuerzo. Sin embargo, se observa que mientras los alumnos y alumnas manifiestan mayoritariamente que tanto el éxito como el fracaso son debidos únicamente a su esfuerzo (lo que se conoce como atribución interna), los docentes opinan que en muchas ocasiones el alumno repetidor no reconoce su falta de voluntad y culpa de su fracaso al profesor (atribución externa).

Entre las ventajas de repetir, sobresalen que el alumnado puede recibir más ayuda, que puede hacer nuevos amigos y que puede suponer para él una oportunidad para reflexionar y cambiar su comportamiento.

Por su parte, entre los aspectos negativos destacan la pérdida de amigos por no continuar en el grupo de referencia, la sensación inicial de fracaso y baja autoestima, los posibles problemas familiares (discusiones por estudio, comparación con otros hermanos, etc.) y el ser menos valorados por algunos compañeros.

En cuanto a las repercusiones de la repetición para los docentes, la mitad manifiesta que tener alumnos repetidores en clase no les supone trabajo ni actividad adicional. La otra mitad indica lo contrario y citan como cargas añadidas la realización de nuevos materiales, la corrección de más trabajos y la dedicación de tiempo a la atención del alumno. Algunos lo ven como una oportunidad para mejorar la docencia y la mayoría considera que repetir es una oportunidad para ayudar a un alumno o alumna a mejorar.

Finalmente, el estudio constata que el alumnado está satisfecho en general con el entorno escolar, su centro y profesorado. No, en cambio, con sus posibilidades de sacar adelante los estudios, a pesar de que son conscientes de que ese objetivo es importante para ellos y sus familias, y que cuentan con su apoyo para lograrlo.