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Declaradas Bien de Interés Cultural una carroza y una silla de manos del Palacio de Guenduláin de Pamplona

martes, 06 de noviembre de 2007

El Gobierno de Navarra ha aprobado un Decreto Foral por el que se declaran Bien de Interés Cultural una carroza barroca de la segunda mitad del siglo XVIII y una silla de manos neoclásica de transición de los siglos XVIII al XIX, ambas del Palacio de Guenduláin de Pamplona.


Carruaje declarado Bien de Interés Cultural

Uno de los cuarrajes del Palacio de Guenduláin declarado Bien de Interés Cultural. ( ampliar imagen )

Estas dos piezas se asocian a la construcción del palacio y a la obtención del Marquesado de la Real Defensa por esta familia en 1760. Desde entonces han permanecido en el Palacio de Guenduláin de la calle Zapatería de Pamplona.


De autoría desconocida y con unas dimensiones de 255 centímetros de altura, 610 de anchura y 220 de fondo, la carroza, de estilo barroco rococó, es un carruaje de tipo berlina, en el que la caja va suspendida a través de los correones de dos varas rectas que actúan como sistema de unión entre los ejes (en vez de la viga única propia de las carrozas). La caja está colocada sobre las correas de cuero que van desde el travesero de suspensión delantero al travesero de crics trasero, sujetándose en este punto con la ayuda de las cabrias con engranajes. Toda la estructura del carruaje es de madera y hierro, empleándose correas de cuero para las sujeciones. Presenta un tiro doble, constituido por cuatro caballos, agrupados dos a dos y separados por una viga central. No tiene pescante, constituyendo un carruaje a la postillona. Presenta dos gruesas ruedas delanteras y dos grandes ruedas traseras.


Su construcción pudo ser ordenada por Sebastián de Eslava, que fue Virrey de Nueva Granada y defensor de Cartagena de Indias a mediados del siglo XVIII, para el Palacio familiar que levantó en Pamplona. Fue utilizada por sus sucesores y en ella campea el escudo nobiliario del marquesado de la Real Defensa, que otorgó Carlos III a su sobrino don Gaspar de Eslava en 1760. La documentación de la época habla de una carroza "muy buena" y de una berlina, que Mª Teresa Íñiguez Abarca, madre de la primera esposa del que fuera Primer Marqués de la Real Defensa, recuperó en 1763 para su nieta, Magdalena de Eslava y Eslava, marquesa de la Real Defensa, condesa del Fresno de la Fuente y condesa de Guenduláin. Al igual que otros casos bien conocidos, como el Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia a mediados del siglo XVIII, se asocian la construcción del palacio y el carruaje, que constituye un vehículo de representación. En el caso de la berlina del Palacio de Guenduláin se asocia asimismo a la obtención del primer título nobiliario de la familia en 1760. Desde entonces ha permanecido en dicho palacio de la calle Zapatería de Pamplona.


El estado de conservación de esta carroza es bueno. Fue restaurada en el siglo XIX.


En cuanto a la silla de manos, de estilo neoclásico y también de autoría desconocida, tiene unas dimensiones de 149 centímetros de altura, 96 de anchura y 225 de fondo. Se trata de un asiento entre varas que conducían entre dos lacayos. Para ello se echaban al hombro las correas sujetas a las varas, agarrando los extremos de éstas con las manos, uno delante y otro detrás. El viajero entra por la portezuela acristalada que se abre frontalmente y se sienta en el banco corrido sito en el fondo de la caja. La caja es de color negro al exterior y está articulada con junquillos de madera tallados y dorados que enmarcan sus diferentes piezas o tableros. Éstos están decorados con orla vegetal dorada, medallones con águila surmontada por corona marquesal y el escudo del Marqués de la Real Defensa, pintada a imitación de la carroza de la Casa; los paneles más cercanos a la puerta están acristalados. El techo de cuero negro curvo está bordeado por una diadema a base de botones de metal dorado con florones en las esquinas. El interior está tapizado en seda roja adamascada y las cortinas están rematadas con pesados flecos plateados y borlas.


Esta silla de manos se utilizaba para distancias cortas, generalmente dentro de la ciudad. Vinculada al Palacio de Guenduláin de Pamplona desde antiguo, fue restaurada por el bisabuelo del actual marqués de Guenduláin. Su estado de conservación es bueno.


Por Resolución 561/2006, de 20 de septiembre, de la directora general de Cultura, se incoó expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de estos dos carruajes del Palacio de Guenduláin de Pamplona. El expediente cuenta con dictamen favorable, de fecha 1 de junio de 2007, de la Comisión de Patrimonio Histórico del Consejo Navarro de Cultura.



Gobierno de Navarra

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