La Ciudadela de Pamplona acoge una exposición antológica de la obra fotográfica de Henri Cartier-Bresson
lunes, 26 de julio de 2004Una exposición de fotografías del maestro Henri Cartier Bresson, cuyo tema común son paisajes y tipos de Europa, permanecerá expuesta desde hoy hasta el próximo 7 de agosto en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona, como parte del programa de Festivales de Navarra 2004, que se celebran bajo el título "Europa, cruce de caminos".
Alicante, 1933. Fotografía de Cartier Bresson.
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La muestra, que se expone con el título "Los europeos" y está organizada por la Agencia Magnum, recoge imágenes realizadas por Cartier Bresson entre 1932 y finales de los años sesenta del pasado siglo, e incluye temas de diversos países.
El precedente temático de esta exposición es el álbum "Les Européens", editado en 1955 con material fotográfico de Cartier Bresson y una portada de Joan Miró. En este álbum, cuya composición llevó al fotógrafo cinco años, se recogía el retrato de Europa diez años después de concluida la II Guerra Mundial.
La exposición que se presenta en Pamplona incluye 163 fotografías tomadas desde de los años treinta, algunas de ellas en España durante la II República, e imágenes posteriores a la guerra mundial, tomadas en diversos países europeos, sobre todo mediterráneos (Francia, Italia, España, Portugal y Grecia) hasta 1970. Una de las fotografías expuestas corresponde a la feria de ganado de San Fermín de 1952. Las imágenes se muestran agrupadas por país y época y ofrecen una amplia perspectiva de los rincones y las gentes de Europa en el periodo de reconstrucción y transformación que siguió a la II Guerra Mundial. Las fotografías se exponen agrupadas por país y época, lo que permite al espectador comprobar la intensa simbiosis del estilo de Cartier Bresson con los temas que retrata.
Henri Cartier Bresson (Chanteloup, 1908) empezó a manejar de niño una cámara fotográfica y tuvo una muy temprana atracción por la pintura y la literatura, que estudió en París y Cambridge. En su primera juventud se adhirió al surrealismo. En 1931 realizó un viaje a África del que volvió con fiebres cuya convalecencia pasó en Marsella y fue en este periodo cuando, a través del visor de una Leica, descubrió y exploró las posibilidades de la fotografía. Desde entonces, la cámara sería "una prolongación del ojo", en sus propias palabras. Durante la II Guerra Mundial luchó con el ejército francés y fue hecho prisionero por los alemanes, hasta que se escapó del campo de concentración en 1943 y vivió oculto el resto de la guerra. En 1947 participó en la creación de la Agencia Magnum, viajó a la Unión Soviética, China y Estados Unidos, y entre los años 50 y 60 realizó lo mejor de su obra.
Dos son las características más relevantes de las imágenes de Cartier Bresson. La primera, su sentido de la oportunidad y de la noticia, lo que se ha popularizado con una expresión que se le atribuye: son el "momento decisivo". La segunda característica es el fuerte sentido social que atribuía a su trabajo y la carga de sentimiento trasladaba al objetivo de la cámara, lo que provoca una irreprimible empatía del espectador con el tema fotografiado. El impacto de sus imágenes nace a menudo de la aparición de la anomalía de lo humano en un paisaje de tersa geometría urbana: perspectivas de calles, vías de ferrocarril u orillas de río o mar, o abigarrados espacios definidos por los volúmenes de los edificios, habitados por individuos corrientes, absortos en sus oficios o en actividades de ocio. En estas imágenes, la composición de las figuras y de la luz tienen siempre una apariencia natural y su belleza nace del sentido de la mirada del fotógrafo, y no de una preparación previa. Hoy, aparte de estas consideraciones estéticas, las imágenes de Cartier Bresson son, además, documentos imprescindibles para saber qué fue Europa en el siglo XX.