El fentanilo nasal representa una vía distinta para la administración de opiodes, aunque no mejora el perfil de seguridad.
Actúa ligeramente antes que el fentanilo oral transmucosa, pero presenta el doble de fracasos en el control del dolor irruptivo.
Se han señalado posibles riesgos de sobredosificación y peligro para los niños y el entorno familiar, debido al dispositivo de administración.
Hay peligro de confusión de dosis con otros fentanilos, especialmente con PecFent® cuando se administran dosis de 100 μg: nunca hacer un cambio de dosis por dosis (microgramo por microgramo).
Puede ser una alternativa en pacientes que no pueden utilizar la vía oral.