La ranolazina está indicada en la angina estable como tratamiento complementario en pacientes intolerantes o que no se controlan con los tratamientos de primera elección.
Presenta una eficacia modesta en el tiempo de ejercicio (24 segundos más) y en la frecuencia de angina (0,4 episodios menos, en 7 semanas). Sólo se ha estudiado frente a placebo.
No ha demostrado reducción de la morbimortalidad coronaria.
Presenta riesgo de prolongación del intervalo QT y gran variedad de interacciones con medicamentos utilizados en la enfermedad cardiovascular.
La modesta eficacia de la ranolazina no compensa el riesgo de efectos adversos graves.