El Presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz Sesma, ha realizado la tradicional ofrenda ante Santa María la Real, titular de la Catedral de Pamplona, templo en el que ha tenido lugar la solemne ceremonia.

El Presidente ha acudido con acompañamiento de maceros y rey de armas, banda de trompetas y timbales y alguacilillos, para asisitir a la celebración eucarística oficiada por el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez. En el transcurso de la misma, el Presidente ha pronunciado una alocución en la que ha pedido la protección de Santa María "para que nuestra sociedad prospere asentada en los criterios del trabajo, de la responsabilidad y del compromiso humano con los demás".

Miguel Sanz, que hizo entrega de una simbólica ofrenda económica contenida en una de las urnas de plata utilizadas en las antiguas Cortes de Navarra, también pidió ante la imagen de la Virgen del Sagrario su ayuda "para reducir la lacra del desempleo que llena de angustia y desesperanza a quienes no pueden acceder a un puesto de trabajo; para que desaparezca definitivamente el fenómeno irracional de la violencia terrorista que tanto dolor causa, y para que sepamos regir a nuestra sociedad en base al esfuerzo y al deber, a la justicia y a la libertad".

Un recorrido por el claustro del templo ha puesto fin a la ceremonia, en la que se rememora la coronación de los monarcas del Reino de Navarra en la Catedral de Pamplona, ante la imagen de Santa María. El acto forma parte de las celebraciones solemnes que mantiene el Gobierno de Navarra, que incluye la festividad de San Francisco Javier (Día de Navarra), el Homenaje a los Reyes de Navarra y la visita de la efigie de San Miguel de Aralar al Palacio de Navarra.

La ofrenda a Santa María la Real viene manteniéndose desde 1946, año en que la imagen fue coronada canónicamente, y en ella participaba la Diputación Foral en pleno. Ya en los años 80 acudía únicamente el presidente, y a partir de 1986, aunque se mantuvo la ofrenda económica, no había representación del Gobierno en la celebración religiosa. La tradición se recuperó en 1992 y desde entonces se ha celebrado con el ritual actual, que sólo prevé la participación del presidente.