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El "tocomocho"
Este tipo de estafa se suele producir en lugares de tránsito (estaciones, cajeros, etc.). Una persona se acerca a la víctima y manifiesta tener un billete de lotería premiado, pero que con las prisas no puede cobrar. Le pide a la víctima desesperadamente que le dé la cantidad del premio e incluso menos, ya que debido al viaje que ha de hacer no lo puede cobrar. Para dar mayor credibilidad, aparece una segunda persona, aparentemente un transeúnte (el gancho), con un listado de billetes premiados en un diario. La víctima accede a dar la cantidad pactada y cuando va a cobrarlo resulta ser falso.
La "estampita"
Una persona que parece tener deficiencias psíquicas se acerca a la víctima y le enseña una bolsa que parece estar llena de billetes. En algunos casos, los estafadores dicen que son cromos o "estampitas" sin darle ninguna importancia al tiempo que comenta que tiene más de esos cromos en su casa. En ese momento se acerca otro ciudadano (un gancho), que le ofrece a la víctima la posibilidad de engañar al discapacitado, comprándole la bolsa por una pequeña cantidad de dinero, normalmente con monedas, al tiempo que afirma que él no lo puede hacer porque no tiene dinero en ese momento, por lo que anima a la víctima a que compre la bolsa. Una vez se ha materializado la compra, los estafadores desaparecen y cuando el estafado abre la bolsa se puede comprobar que lo que contiene son retales de periódico.
El "desahuciado"
Se suele cometer mediante la visita al domicilio de la víctima. El estafador se hace pasar por una persona que se encuentra en una grave situación económica, con graves problemas familiares, que ha sido abandonado, que tiene muchos hijos, etc., tratando de afectar en todo momento la sensibilidad de la víctima. Al final, el estafador explica que para poder subsistir está procediendo a liquidar sus objetos más preciados. En ese momento exhibe un objeto personal (reloj de pulsera de una marca cara, un collar, un anillo, etc.) manifestando que es una joya preciosa, muy valiosa. Ofrece el objeto a cambio de un importe muy bajo en comparación a lo que se supone que vale. Cuando la víctima compra el objeto descubre que es una baratija.
Los "trileros"
La estafa consiste en incitar al público a participar, mediante apuestas de dinero, en juegos de habilidad que, aparentemente, permiten grandes posibilidades para los participantes y que se ofrece en la vía pública, sobre una pequeña mesa. El juego más utilizado consiste en descubrir en qué lugar se esconde una bolita que está tapada por una chapa o bote. Para que el juego parezca fácil, alrededor de la persona que mueve las chapas o botes (el que dirige el juego), hay uno o varios "falsos jugadores" (cómplices), los cuales ganan dinero fácilmente de acuerdo con la persona que mueve las chapas. Al principio, se deja ganar a la persona que inicia el juego, para que animado por el éxito, juegue una cantidad importante. Pero la mano es más rápida que la vista, por lo que cuando la cantidad es importante, la víctima pierde irremediablemente su dinero. Es frecuente en ferias y mercados ambulantes.
El "nazareno"
Las víctimas de la estafa son empresas que suministran mercancías. Los estafadores se instalan en un lugar alquilando un almacén a nombre de una empresa. Los estafadores comienzan a realizar pequeñas compras, que guardan en el almacén y son abonadas en el acto a empresas suministradoras. De esta forma, los estafadores se ganan la confianza de las víctimas. Seguidamente hacen pedidos grandes acordando con los suministradores que los pagos se realizarán en varios plazos. Incluso pueden llegar a cumplir el primer plazo de estos pagos. De repente, la empresa desaparece del lugar, llevándose la mercancía y deja pendientes de abonar las deudas. Cuando las empresas de suministro estafadas hacen gestiones para ejecutar el cobro comprueban que la empresa que hizo las compras no existe.